El Instituto Politécnico Nacional (IPN) emitió una serie de recomendaciones derivado del incremento drástico en los casos de sarampión en regiones como Europa. Y es que, si bien, en México la probabilidad de un brote grave de sarampión es baja, debemos estar prevenidos y ampliar aún más la cobertura de la inmunización”, advirtió el doctor Jesús Torres Flores, investigador y responsable de bioseguridad del Laboratorio Nacional de Vacunología y Virus Tropicales (LNVyVT) de la institución.
Cosas básicas qué hacer ante un brote de sarampión
De acuerdo con Torres Flores, hay dos cosas básicas que se tienen que hacer cuando existen brotes o alertas de sarampión:
- Estar al pendiente de si hay casos sospechosos para llevar a cabo el diagnóstico necesario
- Incrementar la cobertura de inmunización.
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Aquí en México, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la cobertura de vacunación debe estar entre 80 y 90%.
“[El porcentaje] no es malo, pero podría ser mejor. Es importante reforzar las campañas de vacunación e inocular a todos los niños que no hayan recibido la primera o la segunda dosis, eso es más que suficiente para evitar que el virus provoque brotes importantes”, señaló el especialista.
Torres Flores recordó que durante la pandemia por COVID-19 todas las actividades básicas de vacunación fueron afectadas, sobre todo durante los primeros meses, por lo que existe la posibilidad de que alguien haya olvidado aplicarse la vacuna o una segunda dosis.
Además, indicó que la alerta de viaje emitida por el Gobierno Federal el pasado 15 de febrero, se encuentra en un nivel de riesgo medio, en el que se llama a tener precauciones especiales y específicas para evitar el contagio, ya que las características del virus facilitan su dispersión.
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“Hay dos características básicas que hacen que el sarampión sea mucho más contagioso: una es la capacidad que tiene el virus de transmitirse por aerosol, ya que se puede adquirir por gotas chiquitas que emitimos cuando hablamos, tosemos o estornudamos, es muchísimo más contagioso que aquellos virus que se adquieren por gotas más grandes”, comentó.
Otra característica que se ha detectado, explicó el investigador, es que el sarampión permanece en el ambiente hasta dos horas después de ser expulsado, por lo que el riesgo de contagio es mayor, además de que una sola persona puede, en promedio, contagiar a otras diez. “Aunado a ello, su periodo de incubación largo, de 14 días, propicia que algunos pacientes asintomáticos dispersen el virus durante un gran lapso”, finalizó.
