Olas de calor: ¿por qué son más peligrosas para niños, adultos mayores y trabajadores al aire libre?

| 12:55 | Eduardo Ayala | Uno TV
Las altas temperaturas son un riesgo para la salud, en especial para niños, adultos mayores y trabajadores al aire libre.
Las altas temperaturas son un riesgo para la salud. Foto: Shutterstock

Las altas temperaturas ponen en riesgo la salud de los sectores más vulnerables de la población. Expertos y autoridades internacionales recomiendan tomar precauciones para evitar golpes de calor y otras complicaciones.

Durante los últimos años, las olas de calor se han vuelto cada vez más frecuentes e intensas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de periodos prolongados de temperaturas extremadamente altas, tanto de día como de noche, que se presentan de forma repentina y duran al menos dos o tres días.

Aunque todos podemos sentir los efectos del calor, la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que hay grupos especialmente vulnerables al calor como los trabajadores al aire libre (por ejemplo, trabajadores de la construcción, paisajismo, agricultura, transporte y saneamiento), los adultos mayores, los bebés y niños pequeños, los deportistas, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades mentales.

¿Qué efectos tiene el calor extremo en la salud?

La exposición a temperaturas elevadas puede provocar desde afecciones leves hasta cuadros clínicos graves. La Academia Nacional de Medicina advierte que entre los síntomas más comunes se encuentran el sarpullido por calor, calambres musculares por la pérdida de electrolitos, agotamiento, dolor de cabeza, mareos y, en los casos más graves, el golpe de calor.

El golpe de calor es una condición potencialmente mortal que ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad de autorregular su temperatura. Si no se trata a tiempo, puede ocasionar daño orgánico irreversible o incluso la muerte.

Según la OMS, la mortalidad relacionada con el calor en personas mayores de 65 años aumentó aproximadamente un 85% entre los periodos de 2000-2004 y 2017-2021, lo que demuestra la creciente amenaza del cambio climático en la salud pública.

Además, ciertos medicamentos pueden incrementar el riesgo de sufrir complicaciones, como los diuréticos, betabloqueadores, antihistamínicos, antipsicóticos, anticolinérgicos, benzodiacepinas, anfetaminas y el consumo de alcohol.

Cómo protegerse del calor

La OMS ha emitido una serie de recomendaciones para minimizar los riesgos ante eventos de calor extremo:

  • Evite exponerse al sol durante las horas más calurosas del día. Busque sombra y permanezca en lugares frescos por al menos dos o tres horas diarias.
  • Refresque su vivienda. Por la noche, abra las ventanas para permitir la entrada de aire fresco. Durante el día, manténgalas cerradas si la temperatura exterior es mayor a la interior, y tape la luz solar directa.
  • Use ventiladores de forma inteligente. Funcionan mejor cuando la temperatura es inferior a los 40 °C. Por encima de ese nivel, pueden calentar más el cuerpo.
  • No deje a niños ni animales dentro de vehículos cerrados. Las temperaturas pueden elevarse rápidamente a niveles peligrosos.
  • Vista a los niños con ropa ligera y holgada. Utilice sombreros, gafas de sol y protector solar. Nunca cubra los carritos con telas secas; opte por paños húmedos y ventilación adecuada.
  • Permanezca atento a las alertas oficiales. En caso de calor extremo, las autoridades locales suelen habilitar centros comunitarios de enfriamiento.

¿Cómo reconocer un golpe de calor?

Durante una ola de calor es crucial saber identificar los síntomas del golpe de calor. Una persona afectada puede sentirse confundida, presentar piel caliente y seca (o sudorosa y pálida), y sufrir pérdida de conciencia. En ese caso, hay que:

  • Acostarla con las piernas elevadas.
  • Quitarle la ropa.
  • Aplicar compresas frías o paños húmedos.
  • Buscar asistencia médica inmediata.

Ante las olas de calor la prevención es clave; hay que mantenerse hidratado, evitar actividades físicas intensas durante el calor, usar ropa adecuada y buscar espacios frescos puede marcar la diferencia entre una jornada segura y una emergencia médica.