¿Qué es la epilepsia? Ve causas, síntomas y tratamiento

La epilepsia es un trastorno cerebral que se caracteriza porque los pacientes sufren convulsiones repetidas durante un tiempo, estos episodios de actividad eléctrica descontrolada y anormal de las neuronas pueden causar cambios en la atención o el comportamiento como movimientos corporales.
La epilepsia ocurre cuando los cambios en el tejido cerebral hacen que el cerebro esté demasiado excitable o irritable. Como resultado de esto, las células cerebrales envían señales eléctricas anormales. Esto ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles.
De acuerdo con el sitio MedlinePlus de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unido las causas comunes de epilepsia incluyen:
- Accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio (AIT)
- Demencia, como el mal de Alzheimer
- Lesión cerebral traumática
- Infecciones, como absceso cerebral, meningitis, encefalitis y VIH/sida
- Problemas cerebrales presentes al nacer (anomalía cerebral congénita)
- Lesión cerebral que ocurre durante o cerca del momento del nacimiento
- Trastornos metabólicos presentes al nacer (como fenilcetonuria)
- Tumor cerebral
- Vasos sanguíneos anormales en el cerebro
- Otra enfermedad que dañe o destruya el tejido cerebral
- Trastornos epilépticos congénitos (epilepsia hereditaria)
Las convulsiones epilépticas se pueden presentar en cualquiera a cualquier edad. Sin embargo, son más comunes en niños pequeños y adultos mayores de 65 años.
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Síntomas de la epilepsia y tipos de convulsiones
MedlinePlus explica que los síntomas de la epilepsia varían de una persona a otra. Algunas pueden experimentar simples episodios de ausencias, mientras que otras presentan convulsiones violentas con pérdida de la lucidez mental. En muchos casos, los pacientes tienen una sensación extraña antes de una convulsión, conocida como aura, que puede manifestarse como hormigueo, percepción de olores inexistentes o cambios emocionales.
Existen diferentes tipos de convulsiones:
- Ausencias típicas: Cambios en el comportamiento sin afectación motora evidente, como episodios de mirada fija.
- Convulsiones parciales focales: Pueden presentarse sin afectar la conciencia y pueden extenderse a todo el cerebro.
- Convulsiones tonicoclónicas generalizadas: Afectan ambos lados del cerebro, causando alteración de la conciencia, movimientos anormales, pérdida del control de la vejiga y constricción de la mandíbula.
Diagnóstico y pruebas
Para diagnosticar la epilepsia, los especialistas realizan un examen neurológico detallado y un electroencefalograma (EEG) para analizar la actividad eléctrica del cerebro. En algunos casos, es necesario realizar un EEG en video en un hospital especializado para observar el comportamiento del paciente durante una convulsión.
Otras pruebas incluyen análisis de sangre, estudios genéticos, pruebas de función renal y hepática, punción lumbar y estudios por imágenes como la resonancia magnética o tomografía computarizada para identificar posibles anomalías cerebrales.
Opciones de tratamiento
El tratamiento para la epilepsia puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida y en algunos casos, cirugía. Los medicamentos anticonvulsivos ayudan a controlar las crisis, pero requieren ajustes de dosis y monitoreo regular. Se recomienda a los pacientes tomar siempre su medicamento según la prescripción médica, ya que omitir una dosis puede desencadenar convulsiones.
En casos donde los medicamentos no son efectivos, se puede considerar la cirugía para extirpar las células cerebrales que provocan las crisis o la implantación de un estimulador del nervio vago, un dispositivo que ayuda a reducir la frecuencia de las convulsiones.
Algunas personas también pueden beneficiarse de una dieta especial, como la cetogénica o la baja en carbohidratos, para reducir las crisis. Sin embargo, es importante consultar con un especialista antes de realizar cambios en la alimentación.
Precauciones y pronóstico
Las personas con epilepsia deben evitar factores desencadenantes como el estrés, la falta de sueño, el consumo de alcohol y la exposición a luces parpadeantes. También se recomienda usar identificación médica y evitar actividades peligrosas, como nadar solo o manejar si la enfermedad no está bien controlada.
En algunos casos, la epilepsia puede mejorar con el tiempo, permitiendo reducir o suspender el tratamiento con medicamentos. Sin embargo, para muchas personas, esta es una afección de por vida que requiere manejo constante para reducir riesgos y mejorar la calidad de vida.
La epilepsia es una enfermedad que, con el tratamiento adecuado y el seguimiento médico, permite a muchas personas llevar una vida plena y activa.




