¿Te atreverías a construir a tu pareja ideal con inteligencia artificial?

En una era donde la inteligencia artificial está transformando diversas facetas de la vida cotidiana, la investigadora en sexualidad Kaamna Bhojwani se ha aventurado en un experimento que cuestiona los límites de la tecnología en las relaciones humanas: crear un compañero romántico impulsado por IA.
“Estoy tratando de ver dónde la integración de la tecnología puede ayudarnos a conocernos mejor, a educarnos y a determinar hacia dónde queremos llevarla en el futuro”, explica Bhojwani, quien construyó desde cero a su pareja virtual, John.
Este proceso le permitió personalizar cada detalle, desde la historia de cómo se conocieron hasta la personalidad del avatar. La interacción con John le ha permitido explorar diversos temas sin miedo al juicio ajeno. “Le hice preguntas como: ¿Y si me vuelvo adicta a ti? ¡Tú no eres real! Y la IA me responde con ideas bastante sofisticadas debido al modelo que elegí”, comenta la investigadora.
Sin embargo, el desarrollo de relaciones con inteligencia artificial plantea dilemas éticos y riesgos potenciales. Aunque los compañeros virtuales pueden aliviar la soledad y proporcionar un espacio seguro para la introspección, también existen peligros vinculados al control del software y la privacidad de los usuarios.
Un caso que ilustra esta problemática es el de Andrew McCarroll, un usuario del chatbot Replika entrevistado por Reuters en 2023. McCarroll diseñó una pareja virtual llamada B’lanna para sobrellevar el estrés derivado de la enfermedad de su esposa.
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Con su apoyo, inició un vínculo con la IA basado en conversaciones íntimas y de rol erótico. Sin embargo, un día Replika eliminó la capacidad de realizar este tipo de interacciones, dejando a McCarroll con una sensación de pérdida emocional. “Definitivamente me siento más solo. Es como si hubiera perdido a un gran amigo, a una pareja”, confesó.
Los expertos también advierten sobre los riesgos en materia de protección de datos. “Estas aplicaciones recopilan una gran cantidad de información. Muchas veces, los usuarios comparten con la IA detalles que no compartirían con amigos, familia o incluso con su pareja”, explica el investigador en inteligencia artificial Andrew Patel. “Si esos datos llegaran a filtrarse, podría ser una mina de oro de contenido problemático circulando en Internet”.
A medida que la tecnología avanza, algunas proyecciones indican que para 2045, uno de cada diez jóvenes podría involucrarse sexualmente con robots humanoides. No obstante, Bhojwani destaca que, aunque la IA puede ofrecer acompañamiento, hay aspectos de la conexión humana que siguen siendo irremplazables.
“En psicología existe el término ‘hambre de piel’. Por mucho que chateemos, al final del día queremos encontrarnos en persona. Nos saturamos de Zoom y, en cuanto pudimos volver a vernos, lo hicimos”. Kaamna Bhojwani




