No fue un atentado, fue la ira de un asesino en Las Vegas

Hay tristeza, hay pena, pero no hay política pública, considera Alejandra Cullen. Foto: AFP

El atacante de Las Vegas, Stephen Paddock, fue un asesino solitario que "simplemente descargó su ira contra las víctimas la noche del domingo", informa la analista Alejandra Cullen.

No se trató de un ataque terrorista, por lo que, explica Cullen, no habrá manera de que Estados Unidos justifique una guerra, una invasión o una limitación más profunda a los musulmanes para impedir que pisen territorio estadounidense.

Las investigaciones siguen su curso; sin embargo, autoridades estadounidenses descartaron que el atacante tuviera vínculos con el Estado Islámico. Ese grupo terrorista, recuerda Cullen, quiso en un primer momento sembrar el miedo adjudicándose el ataque que acabó con la vida de al menos 59 personas.

Alejandra Cullen considera que el presidente Donald Trump "no moverá ni un dedo para regular el control de venta de armas en Estados Unidos", pues quienes están a favor del uso de las mismas lo apoyaron durante su campaña.

 Hay tristeza, hay pena, pero no hay política pública. Alejandra Cullen

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