El problema de los porros en la Universidad Autónoma de México es histórico, es un proceso viejo, de interacción política y de control, que ha atemorizado a los estudiantes.
Sumando que se abre un espacio para el crimen organizado, con la venta de drogas, donde por un lado la policía no puede hacer nada y la vigilancia universitaria carece de los instrumentos necesarios para brindar protección y seguridad a la sociedad universitaria, lo que llevan a que el delincuente se refugie en un lugar que para las autoridades es difícil entrar.
Si un camión cargado de violentos puede entrar así a un estacionamiento de la UNAM sin que pase nada claramente están muy mal organizados.
Con todo, queda claro que no hay condiciones para que los jóvenes estudien y genera estructuras de chantaje y de violencia con el contubernio de algunas autoridades.