El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este domingo su renuncia al cargo, después de tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.
Tras la noticia, líderes y organizaciones políticas de todo el mundo dividieron sus opiniones y rechazaron o vieron con buenos ojos la renuncia de Evo Morales tras casi 14 años de permanecer en el poder de esa nación sudamericana.
Las manifestaciones violentas y el rechazo por parte de las fuerzas policiacas y militares de Bolivia llegaron a un extremo el domingo, luego que la Organización de los Estados Americanos (OEA) auditó el proceso comicial y descubrió que hubo contundentes irregularidades.
A través de su cuenta de Twitter, Morales Ayma, denunció que grupos violentos asaltaron su domicilio, sin dar detalles sobre los saqueos y destrozos causados a los muebles y enseres de la vivienda.
Para nuestro analista, Jesús Silva-Herzog Márquez no se requiere imaginar conspiraciones para entender lo que pasando en Bolivia, aunque desde luego tenga muchas repercusiones internacionales.
Yo creo que, lo que puede registrarse aún en una atmósfera tan polarizada, en donde cada uno de los extremos tiene una versión distinta de la realidad, es que, hay dos expresiones de deslealtad democrática.
Nuestro analista las explica de la siguiente manera:
- Una: alterar el proceso institucional, desconocer los mecanismos constitucionales. Se hizo de un proceso electoral algo turbio y muy cuestionable que llevó a muchos a pensar que se trata de un fraude electoral
- Dos, la intervención de las fuerzas armadas en un proceso institucional de un país.
Evo Morales llegará a México, país que le ofreció asilo, el día martes por la mañana.