“El hambreado del Centro”: viralizan a estudiante de la BUAP por irse sin pagar de restaurantes

En Puebla se ha vuelto viral un caso que mezcla audacia, engaño y polémica: un joven identificado como Jesús Miguel, estudiante de Derecho en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ha sido señalado en redes sociales por acudir a restaurantes, fingir una llamada urgente y desaparecer sin saldar la cuenta.
A este método y al hecho de dejar a sus propios acompañantes con la deuda, los usuarios de internet lo han apodado: “El hambreado del Centro“.
¿Cuál es su modus operandi?
Según testimonios y publicaciones en medios locales, el joven suele actuar de la siguiente forma:
Pide los platillos, espera el momento oportuno para simular que recibe una llamada urgente, sale del restaurante alegando que “regresará en un momento” y ya no vuelve para pagar.
A partir de imágenes captadas en videos, se identificó a Jesús saliendo del restaurante Santóua Gastrobar, ubicado en el Centro Histórico de Puebla, sin liquidar su cuenta.
En otra ocasión, el hecho se repitió en La Churrasca, en la zona de Huexotitla, donde incluso abandonó a un amigo con la cuenta pendiente.
En una de las versiones difundidas en redes sociales, al ser cuestionado por su compañero al que dejó con la cuenta, Jesús Miguel habría respondido:
“Pues tú tuviste la culpa, para que no me esperaste, te dije que era una urgencia y que ahorita regresaba”.
Reacción en redes, identidad y alerta pública
Una vez que el video y las imágenes comenzaron a circular, usuarios de redes sociales se encargaron de identificarlo y difundir su nombre.
En Facebook, algunos grupos lo mencionan especulativamente como Jesús Miguel, estudiante de Derecho de la BUAP, señalando que este tipo de conducta ya afecta no sólo al gremio restaurantero, sino también a conocidos y amigos.
En Instagram, circulan publicaciones que describen su modus operandi e incluso imágenes suyas acompañadas de advertencias.
¿Qué consecuencias legales podría enfrentar?
El Código Penal Federal (artículo 387) contempla el delito de estafa en casos donde se adquieren bienes o servicios con la intención de no pagar, y lo castiga con prisión y multas económicas según el monto defraudado.
Este caso pone sobre la mesa varios dilemas: por un lado, los dueños de los restaurantes y las personas engañadas piden justicia; por otro, en redes sociales, la difusión de imágenes, nombres y señalamientos puede convertirse en un juicio irreversible.
Pero más allá de la polémica, está la cuestión ética: un estudiante de Derecho se ve envuelto en acusaciones que socavan con su integridad y credibilidad.
Mientras el caso ”El hambreado del Centro” se propaga por las redes y genera indignación, queda pendiente que las autoridades actúen.
Se deben realizar investigaciones formales, cotejar evidencias de cámaras, recabar testimonios y determinar si existió una intención deliberada de desfalcamiento o un simple malentendido.
Más allá del espectáculo viral, está en juego la posibilidad de que este episodio termine siendo un antecedente emblemático: muestra como internet expone, pero también cómo puede condenar a una persona.




