La iglesia no debería temerle a los cambios: Papa Francisco

Agencias El Vaticano 19-10-2014 10:47

El Pontífice ha manifestado que desea una iglesia católica más compasiva y menos rígida.

El Papa Francisco encabezó este domingo el cierre de un encuentro de obispos católicos que dejó en evidencia profundas divisiones en torno a asuntos como la homosexualidad y el divorcio, y dijo que la iglesia no debería temerle a los cambios ni a los nuevos desafíos.

Francisco, que ha dicho que desea una iglesia católica más compasiva y menos rígida, hizo estos comentarios durante un sermón ante 70 mil personas en la Plaza de San Pedro, al cierre de la asamblea de dos semanas, conocida como sínodo.

Las sesiones de debate terminaron el sábado por la noche con la divulgación de un documento final que revirtió una posición inicial de aceptación a los homosexuales, una iniciativa que habría sido histórica para la Iglesia Católica y cuyo resultado fue considerado por algunos progresistas como un revés para el pontífice.

En la misa del domingo, Francisco beatificó al Papa Pablo VI, quien falleció en 1978, dejando más cerca de la santidad al Pontífice conocido por concluir las reformas del Segundo Concilio del Vaticano y consolidar la prohibición de la iglesia a la anticoncepción.

Después de que un borrador del documento final del sínodo fue publicado el lunes, obispos conservadores intentaron cambiar las referencias a las personas homosexuales, a la vida en pareja fuera del matrimonio y al divorcio, diciendo que generarían confusión entre los fieles y amenazaría con socavar a la familia tradicional.

Francisco dedicó buena parte de su sermón al sínodo, que abordó los controvertidos tópicos sobre homosexualidad y los cambios en las familias antes de un encuentro definitivo que se realizará en octubre del próximo año luego de más discusiones a nivel local en todo el mundo.

"Dios no le teme a las cosas nuevas. Esa es la razón por la que nos sorprende continuamente, abriendo nuestros corazones y guiándonos de maneras inesperadas", declaró.

El Papa dijo que la iglesia tenía que "responder con valentía a cualquier desafío que surja". Habló sobre valentía un día después de decirle a los obispos en la última sesión de trabajo que deberían estar atentos a la "rigidez hostil" de ciertas doctrinas conservadoras y a la "buena voluntad destructiva" de aquellos que buscan cambios a toda costa.