Se reúne Papa Francisco con niños huérfanos de Albania

EFE Tirana 21-09-2014 14:32

Musulmanes y cristianos conviven en armonía en la entidad.

El Papa Francisco aseguró, en su visita a un centro de acogida de niños en Albania, que estas acciones son las que "hacen más fácil creer" y agradeció el trabajo de los trabajadores y voluntarios de esta institución benéfica.

"En lugares como este, todos confirmamos nuestra fe, se nos hace más fácil creer, porque vemos la fe hecha caridad concreta. La vemos dar luz y esperanza a situaciones de gran dificultad", aseguró el pontífice, que obsequió al centro con una imagen de San Antonio.

El santo padre fue recibido por el coro de niños del centro, a los que saludó sonriente. También se acercó a algunas personas discapacitadas que le esperaban a las puertas del centro, antes de abandonar el lugar del que ha sido su último acto en Albania.

El Papa hizo hincapié en la gran labor que realizan los trabajadores y voluntarios del "Centro Betania", ubicado en la localidad de Bubq, a 30 kilómetros al norte de Tirana, que acoge en la actualidad a unos 70 niños huérfanos y con problemas sociales, de entre cero y 18 años y confesión musulmana y cristiana, que necesitan un lugar donde crecer.

"Les agradezco la hospitalidad que cada día dan a tantos niños y adolescentes necesitados de atención, de ternura, de un ambiente sereno y de personas amigas, que sean también verdaderos educadores, ejemplos de vida, y en las que encuentren apoyo", destacó. Además, como hizo en sus intervenciones de toda la jornada, Francisco remarcó que la residencia es un ejemplo de cómo desde pequeños musulmanes y cristianos conviven en armonía en la multiconfesional Albania.

"Este centro demuestra que es posible la convivencia pacífica y fraterna entre personas de distintas etnias y diversas confesiones religiosas", dijo.

El obispo de Roma aseguró que hacer el bien, como en el caso de esta residencia, "paga infinitamente mejor que el dinero", pues recalcó que "hemos sido creados para recibir y comunicar el amor de Dios, y no para medir las cosas por el dinero y el poder".

Maria Teresa Martinelli, una de las voluntarias de Betania, aseguró sentirse muy honrada por la visita del pontífice mientras que uno de los primeros niños criados en este centro, Mirian Jani, de 23 años, explicó que esta visita reconoce la dedicación de las personas encargadas del cuidado de los pequeños.