Pizu habla sobre la supercomputadora Coatlicue: posibles usos y retos

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología, analizó el alcance de Coatlicue, la primera supercomputadora pública mexicana, un proyecto valuado en 6 mil millones de pesos cuyo funcionamiento y puesta en marcha aún generan dudas sobre plazos, operación y continuidad presupuestal.

Saldaña, explicó en el noticiero “A las nueve en Uno” con Pablo Valdés y Juan Rivas, la relevancia y las complicaciones de la supercomputadora.

De acuerdo con Pizu, la importancia del proyecto radica en que México dejaría de rentar poder de cómputo a otros países para realizar investigaciones en agronomía, clima, manejo de datos masivos y otras áreas estratégicas.

“Que tengamos una supercomputadora de estas dimensiones como país es relevante. Nos inscribe en la lista de competidores globales y abre la puerta a la soberanía tecnológica, un tema que ya impulsan países como Estados Unidos, China y la Unión Europea”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

El especialista subrayó que México incluso podría rentar este poder de cómputo a otras naciones o instituciones que no cuenten con una infraestructura similar.

Barcelona ya opera parte del sistema

Mientras la supercomputadora se instala en México, una parte del sistema ya funciona en Barcelona. Gracias al convenio firmado, el país contará con acceso inmediato a la versión operativa en España mientras avanza la implementación nacional.

Además, estudiantes mexicanos ya trabajan en el proyecto en Barcelona, capacitándose directamente en el sistema.

“El proyecto ya comenzó. Hay mexicanos estudiando y trabajando con esta tecnología, y eso es una de las mejores noticias.”

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

Los grandes retos: inversión, talento y plazos

El especialista advirtió que el verdadero desafío no es solamente adquirir la infraestructura, sino mantenerla y operarla.

“El reto es sostener la inversión. Son 6 mil millones para echarlo a andar, pero su mantenimiento requerirá compromisos presupuestales fuertes”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

También será indispensable formar una nueva generación de especialistas.

“Necesitaremos mexicanas y mexicanos estudiando y trabajando directamente en el proyecto. Ese sería un gran beneficio”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

Sobre los plazos, Pizu recordó que el sistema no estará listo de inmediato, pues el plan contempla al menos dos años para que la versión mexicana opere completamente.

Riesgo de repetir errores del pasado

Durante la conversación, se comparó este proyecto con otros programas públicos que han presentado retrasos, como el vehículo Olinea. Ante ello, Pizu reconoció que el historial obliga a ser cautelosos.

“No basta comprar fierros. Sin políticas de datos, ciencia y talento, el riesgo es tener una supercomputadora sin uso. México ha tenido proyectos que se anuncian con bombo y platillo y años después no dieron resultados”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

Sin embargo, destacó un elemento positivo, la existencia de una oficina gubernamental con rango de secretaría dedicada a proyectos tecnológicos, la Agencia Digital y de Telecomunicaciones, encabezada por José Antonio Merino.

“Nunca habíamos tenido una oficina así. Esto podría dar mayor certeza de que el proyecto se lleve a cabo”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

¿Cómo es una supercomputadora?

Pizu explicó que una supercomputadora no es un solo equipo, sino un conjunto masivo de procesadores organizados en racks y conectados para trabajar como un solo sistema.

“Imaginen 314 millones de personas haciendo un millón de operaciones cada segundo al mismo tiempo. Ese es el potencial de la supercomputadora anunciada”.

Emilio Saldaña “Pizu”, especialista en tecnología

Este tipo de infraestructura funciona de manera similar a los centros de servidores de grandes compañías tecnológicas, pero diseñada para ejecutar cálculos científicos de altísima demanda.

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