Una gran muestra de fair play se presentó este día en la cancha del Estadio Azul, donde Atlante recibió al Atlético Morelia, ya que, luego de fingir una falta y tirarse para obtener un penalti, el jugador Diego Jiménez le confesó al árbitro que, en realidad, no recibió contacto, por lo que el juez central anuló la sanción y reanudó con bote a tierra. Lee la NOTA completa aquí.
La acción se produjo en el marco de la Jornada 12 de la Liga de Expansión, cuando, en la compensación del primer tiempo, el delantero visitante se dejó caer burdamente cuando su marcador amagó con puntear el balón. Sin dudarlo, el árbitro decretó pena máxima, provocando una avalancha de reclamos por parte de los jugadores locales.