EE. UU. presume captura de dos “Chapitos” y advierte que va por los otros dos
Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín el “Chapo” Guzmán y uno de los líderes de Los Chapitos, se declaró culpable en Estados Unidos por delitos de narcotráfico vinculados al Cártel de Sinaloa. La decisión judicial se dio a conocer este martes, cuando el gobierno estadounidense afirmó que el caso marca otro golpe directo contra la estructura criminal heredada por los hijos del fundador del cartel.
El fiscal Adam Gordon, del Distrito Sur de California, resumió el momento con una frase contundente: “Cayeron dos, nos faltan dos”, en referencia a los hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán Loera. La declaración llegó después de que Guzmán López, de 39 años, aceptó los cargos de conspiración para traficar drogas y operar una empresa criminal dedicada a mover fentanilo, cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana hacia Estados Unidos.
Con esta decisión, dos de los cuatro “Chapitos” ya enfrentan procesos formales. El primero fue Ovidio Guzmán López, detenido y también declarado culpable en 2024. Ahora, la atención se centra en los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, quienes continúan prófugos. El Departamento de Estado ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares por información que permita capturarlos.
Operación contra el Cártel de Sinaloa
De acuerdo con el Departamento de Justicia, Guzmán López reconoció mover toneladas de drogas hacia Estados Unidos usando autos, trenes, túneles, aviones y hasta embarcaciones especiales. Además, aceptó la entrada de un juicio de dinero por 80 millones de dólares, atribuibles a ganancias de sus operaciones.
Las autoridades estadounidenses califican al Cártel de Sinaloa como uno de los principales responsables de la crisis por fentanilo en su país. Funcionarios como la fiscal general Pamela Bondi y el administrador de la DEA Terrance Cole aseguraron que la organización ha causado miles de muertes por sobredosis y que su desmantelamiento es prioridad nacional.
Guzmán López enfrenta una condena mínima de 10 años de prisión y hasta cadena perpetua. La fecha de sentencia aún no está definida. Con dos líderes bajo proceso y dos aún libres, Washington dejó claro su objetivo: no detenerse hasta desarticular a Los Chapitos.
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