“Murciélagos” y fuerzas federales resguardan cadena productiva del limón en Tierra Caliente michoacana
La producción y comercialización de limón en la Tierra Caliente de Michoacán se encuentra bajo la vigilancia constante del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional (GN), debido a las extorsiones, homicidios y la siembra de artefactos explosivos improvisados en campos agrícolas.
Protegen producción de limón en Tierra Caliente de Michoacán
El despliegue militar, como parte del Plan Michoacán y la Operación Paricutín, responde a la ofensiva de grupos criminales como el CJNG, Los Viagras y Los Blancos de Troya, que en los últimos dos años han afectado gravemente la cadena económica del limón y han causado la muerte de jornaleros, productores e incluso elementos federales.
En el cuartel de la 43 Zona Militar, con sede en Apatzingán, cada mañana los soldados y guardias nacionales del grupo élite conocido como “Murciélagos”, se alistan para una larga jornada que tiene por objetivo, resguardar la cadena productiva del limón.

Luego de colocarse el equipo táctico necesario para salir a campo, la tropa recibe un mensaje de su superior: el oficial Jiménez, de la Guardia Nacional, encargado de la Base de Operaciones Interinstitucionales (BOI) de Apatzingán, quien aconseja a su escuadrón estar atentos ante el riesgo que implica el operativo.
“En todo momento, deben preservar la seguridad, tanto de los tiradores como del personal que va en la parte de atrás y asimismo establecer todas las medidas de seguridad en el armamento, ante cualquier situación, informar inmediatamente por los radios que llegamos jóvenes“, les dice el oficial Jiménez.
Más de 10 mil soldados y guardias nacionales en Michoacán
El Gobierno federal ha desplegado 10 mil 600 soldados y guardias nacionales, en la entidad. En zonas como las localidades de Cenobio Moreno y Santa Ana Amatlán, el ambiente es aún más hostil, debido a que los propios habitantes dan cobijo a los jefes criminales.
Pese a la complicidad de los lugareños, los convoyes recorren esos poblados y se internan en las huertas de limón aledañas, donde está latente la siembra de artefactos explosivos, que han dejado sin vida a trabajadores agrícolas y pobladores.
“Aquí contamos con vehículos ocelot que se ocupan en primera instancia, que vienen al frente a reaccionar ante cualquier emergencia, tenemos comunicación con la zona militar para llevar a cabo los explosivos mandar a traer a grupos del G. R. E. que se dedican a la desactivación de esos artefactos explosivos”, explica el oficial.

La extorsión y amenazas, son otros de los conflictos que enfrentan los productores de limón, por lo que este operativo busca resguardar toda la cadena productiva, desde el campo hasta el Tianguis Limonero.
“Venimos dando seguridad a los cortadores de limón, asimismo, para llevarlos al Empaque y al Tianguis Limonero ¿Con qué fin se hace esto? Con el fin de reducir los niveles de inseguridad que existen por parte de la delincuencia; asimismo, las extorsiones que existen por parte de personal que se dedica a extorsionar, que vienen a cobrarles la cuota y proporcionar más que nada la seguridad de las personas que se encuentran aquí en las huertas de limón”, agrega.
Familias con mayor confianza tras la llegada del Ejército
Confiados en la presencia de las fuerzas federales, los jornaleros, incluidas familias enteras con mujeres y niños, acuden al corte de limón, sin el temor de ser víctimas de la delincuencia.
“Se siente uno tranquilo, más que nada, ya nos dejan trabajar a gusto, y pues sale uno sin pendientes. Antes había que minar y eso en las parcelas, sale uno con miedo a trabajar, de pisar una mina o algo, o un agarre más que nada, uno anda trabajando y a veces se andan tiroteando“, dice Issac Gutiérrez, cortador de limón en Apatzingán.
Tras el corte de limón, el cítrico es trasladado al Tianguis Limonero y a los empaques, donde también hay un despliegue de seguridad que lleva a cabo labores de investigación a fin de verificar que no haya personal ajeno a la empresa y atacar la extorsión.
Estás acciones se realizan con el consentimiento de los propietarios, a quienes se les asignan por lo menos tres elementos de la Guardia Nacional que están atentos a cualquier situación sospechosa.

“Difícil no es, pero si en esa cuestión tenemos que hacer algunas tareas de investigación para poder dar directamente con los responsables de los que están haciendo esa actividad ilícita, extorsionando al personal de trabajadores de limón y a las empacadoras. Sobre este camino, hay empacadoras que han llegado a cerrar, por lo mismo que anteriormente no se estaba dando este tipo de seguridad”, indica un oficial del Ejército.
Los oficiales que participan en la Operación Paricutín, afirman que esta estrategia ya comienza a rendir frutos, pues en las calles se percibe la confianza de los habitantes.
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“El tener contacto con la población y sentir que la población nos quiere, eso es lo que para nosotros es como las ‘gracias’ de estar aquí. Actualmente, ya se ve más gente, más población andando por las calles, los niños ya salen con mayor facilidad, si alcancé ver en las calles que ya mayor afluencia de personas”, dice Mario Castañeda, oficial del 38 Batallón de Infantería, de San Quintín Chiapas.
Así transcurre un día de trabajo para las fuerzas de seguridad enviadas a la Tierra Caliente de Michoacán, región que por décadas ha estado bajo el control del narco.
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