Alimentos típicos de Navidad que sí puedes comer sin remordimiento

La temporada navideña llega con mesas rebosantes de platillos tradicionales y, junto con ellos, el temido miedo a subir de peso. Pero aquí la buena noticia: no toda la comida navideña engorda. Hay alimentos que puedes disfrutar con total tranquilidad, siempre que se preparen de forma equilibrada y mantengas porciones razonables.

A continuación, en una edición más de Trucos para ti te daremos una guía para saber qué sí puedes comer sin culpa.

Pavo: alto en proteína, bajo en grasa

El pavo es uno de los protagonistas de la cena navideña, y con razón:

• Es magro, es decir, tiene poca grasa.
• Aporta proteína de alta calidad, que sacia y ayuda a mantener masa muscular.
• Truco: quítale la piel y evita las salsas muy dulces o muy cremosas. Con un relleno ligero y horneado, es uno de los platillos más nobles de toda la mesa.

Ensalada de manzana ligera si la preparas con yogur

La clásica ensalada navideña puede pasar de postre bomba a opción ligera con un solo cambio:

• Usa yogur natural en vez de crema.
• Endulza con un toque de miel o fruta natural.
• Resultado: una ensalada mucho más fresca, menos calórica y con fibra que ayuda a la digestión después de una cena pesada.

Bacalao: omega-3 y proteína limpia

El bacalao es un alimento completo:

• Aporta omega-3, grasa saludable que protege el corazón.
• Es rico en proteína y bajo en calorías.
• Truco: modera la cantidad de aceite y jitomate en la preparación. Una porción del tamaño de tu palma es suficiente para disfrutarlo sin remordimiento.

Frutas secas: energía y fibra (pero en pequeñas porciones)

Las nueces, almendras, pasas y arándanos deshidratados son perfectos para dar sabor navideño a tus platillos.

• Tienen fibra, grasas saludables y minerales.
• Dan energía de forma natural.
• Truco: la clave es la cantidad. Una porción del tamaño de un puñito es más que suficiente.

La fórmula del plato equilibrado: el truco que nunca falla

Para comer rico sin subir de peso, usa esta regla sencilla:

• Mitad del plato: verduras
• Un cuarto: proteína (pavo, bacalao u otra opción magra)
• Un cuarto: carbohidratos (puré, pasta, romeritos, etc.)

Este equilibrio ayuda a controlar calorías sin dejar de disfrutar.

Lo que más sube de peso no es la comida, son los refrescos, ponches endulzados y bebidas alcohólicas. Las calorías líquidas se acumulan sin que te des cuenta.

Truco final: alterna cada bebida con un vaso de agua, baja el azúcar del ponche y elige vino o algún destilado en porciones moderadas.

Puedes disfrutar de la cena navideña sin remordimientos. La clave está en elegir bien, balancear tu plato y cuidar las bebidas. Así, la Navidad se disfruta sin que la báscula sea tu peor regalo de enero.

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