Van más de mil muertos por devastadoras inundaciones en Asia: testimonios dan cuenta de la desgracia

Más de mil muertos y cientos de desaparecidos dejan las inundaciones en el sur y el sureste de Asia, donde habitantes relatan escenas de terror, con crecidas “imparables” y el agua “hasta el cuello”.
Diferentes fenómenos meteorológicos causaron la semana pasada lluvias torrenciales en toda Sri Lanka, partes de la isla indonesia de Sumatra, el sur de Tailandia y el norte de Malasia.
En Sumatra, el balance de víctimas subió el lunes a 593 muertos y 468 desaparecidos, anunció la agencia de gestión de catástrofes.
“El agua me llegaba hasta el cuello”, contó a la AFP Misbahul Munir, de 28 años, habitante de Aceh Norte, en la punta septentrional de Sumatra.
En su casa, “el agua subió a unos 2 metros. Todos los muebles están estropeados”. “Sólo me queda la ropa que llevo puesta”, añadió antes de romper en llanto.
Para los habitantes refugiados en centros de acogida, “las condiciones son preocupantes. Hay mujeres embarazadas y niños pequeños”, señaló.
Zamzami, un vecino de 33 años, describió la llegada de las aguas “como una ola de tsunami imparable”. “Se me hace difícil describir cuánta agua había, fue algo realmente impresionante”.
El lunes por la mañana, al llegar al norte de la isla de Sumatra, el presidente indonesio Prabowo Subianto afirmó que la “prioridad del gobierno ahora es enviar la ayuda necesaria”.
El mandatario anunció el despliegue de aviones y helicópteros, además de los tres buques militares ya enviados a las zonas más afectadas, donde numerosas carreteras siguen intransitables debido al barro y los escombros.
El presidente enfrenta una creciente presión para que declare el estado de emergencia ante la catástrofe natural más mortífera del país desde el terremoto seguido de un tsunami de 2018, que dejaron más de 2 mil muertos.
Sri Lanka pide ayuda por inundaciones
En Sri Lanka, el gobierno pidió ayuda internacional y utilizó helicópteros militares para llegar a las personas aisladas por las inundaciones y los aludes.
“Nunca pensé que las inundaciones serían tan terribles”, confesó Dinusha Sanjaya, de 37 años, en un campamento de emergencia.
“No fue sólo la cantidad de lluvia que cayó, sino sobre todo la velocidad con la que la que cubrió todo”, agregó este repartidor, rodeado de sus vecinos evacuados.
Al menos 335 personas murieron y 366 están desaparecidas en Sri Lanka, según un nuevo balance divulgado el lunes por las autoridades .
Las lluvias cesaron el lunes en Colombo, la capital, y había esperanza de que bajara el nivel del agua.
Algunos negocios comenzaron a abrir. En Ma Oya, al norte de Colombo, Hasitha Wijewardena intenta limpiar tras la inundación. “El agua ha bajado pero la casa está llena de lodo”, dijo a medios locales.
Las autoridades indicaron que aún están cuantificando la magnitud del daño en el centro del país, la zona más afectada.
El presidente de Sri Lanka, Anura Kumara Dissanayake, quien declaró el estado de emergencia, prometió reconstruir las áreas devastadas.
“Estamos enfrentando el mayor y más difícil desastre natural de nuestra historia”, expresó en un mensaje al país. “Sin duda construiremos un país mejor del que existía antes”.
Las pérdidas y los daños son las más graves en Sri Lanka desde el tsunami asiático de 2004, que mató a unas 31 mil personas y dejó a más de un millón sin vivienda.
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