“Diplomacia a modo”: México pierde imagen internacional tras ruptura con Perú, afirma especialista
La ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Perú va más allá de un conflicto protocolario: revela un uso ideologizado de la política exterior mexicana que está dañando su imagen en la región, advirtió la doctora Aribel Contreras, internacionalista y catedrática de la Universidad Iberoamericana.
Durante una entrevista en A las Nueve en Uno, Contreras calificó la decisión como una señal de “diplomacia a modo”, en la que el gobierno mexicano aplica los principios de no intervención “según convenga”, lo que genera desconfianza en el ámbito internacional.
“Principios a conveniencia”
La experta recordó que el principio de no intervención, consagrado en el artículo 89 constitucional, es uno de los pilares de la política exterior mexicana, pero que en los hechos se aplica con doble rasero.
“No opino cuando se trata de temas que no me convienen, pero sí intervengo cuando se alinean con mi ideología. Eso es diplomacia selectiva”, señaló Contreras.
Este tipo de decisiones —como el asilo diplomático a exfuncionarios de Pedro Castillo—, dijo, ha deteriorado la percepción internacional de México y “erosiona su credibilidad como actor neutral en la región”.
Consecuencias limitadas, pero simbólicas
Aunque el intercambio comercial entre México y Perú es reducido, la ruptura implica un fuerte golpe simbólico, pues deja al país con dos naciones latinoamericanas sin relaciones diplomáticas plenas: Ecuador y Perú.
“No se trata de números, sino de imagen. México está enviando señales equivocadas al mundo”, afirmó.
Contreras advirtió que este tipo de “rupturas ideológicas” pueden dificultar la cooperación internacional y alejar a México de espacios multilaterales clave como la Alianza del Pacífico o la OEA.
“El servicio exterior debe ser de Estado, no de partido”
Finalmente, la internacionalista subrayó la importancia de fortalecer al Servicio Exterior Mexicano con diplomáticos de carrera, y no con nombramientos políticos.
“Hoy vemos embajadores sin formación diplomática, nombrados por afinidad política. Eso daña la imagen y la seriedad del país”, dijo.
Para Contreras, el reto no es solo recuperar relaciones, sino restaurar la credibilidad internacional de México y “separar la diplomacia de la ideología partidista”.



