Secretos y curiosidades mejor guardadas de la Basílica de Guadalupe
Cada diciembre, millones de peregrinos llegan a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, uno de los recintos religiosos más visitados del mundo. Aunque su historia es ampliamente conocida, el templo guarda secretos, curiosidades y objetos poco mencionados que sorprenden incluso a quienes han ido muchas veces. Desde el “Cristo del Atentado” hasta la Virgen para Invidentes, éstos son algunos de los secretos que hacen único este santuario.
El Cristo del Atentado
La Arquidiócesis Primada de México señala que hace 104 años, en la antigua Basílica de Guadalupe, se colocó un paquete bomba, oculto entre las flores, a los pies de la Virgen. La imagen no sufrió daño alguno, todo el impacto lo absorbió un crucifijo de bronce, que quedó completamente doblado hacia atrás. Desde entonces se le conoce como el Cristo del Atentado, el cual se halla en la entrada de la Basílica de Guadalupe.
Vuelo sobre la basílica en 1912
En octubre de 1912, el piloto mexicano Manuel Lebrija despegó desde los llanos de Balbuena y sobrevoló la Basílica de Guadalupe, dando varias vueltas alrededor del templo. Su hazaña quedó registrada como uno de los primeros vuelos sobre la Ciudad de México.
Oculta en un ropero
Durante la Guerra Cristera, se sacó la imagen del Tepeyac para protegerla. De acuerdo con el portal Desde la Fe, se sustituyó con una réplica mientras que la original se transportó oculta entre colchones viejos de los niños del Coro de la Basílica. Estuvo resguardada en la calle Meave 4, en casa del ingeniero Luis Felipe Murgía, en un ropero de doble fondo. Regresó a la Basílica en junio de 1929.
Captada en el cine mudo
En la película “Tepeyac” (1917-1918), una de las primeras cintas mexicanas, aparecen imágenes de la antigua Basílica, además de escenas de la CDMX de hace más de un siglo. La Filmoteca de la UNAM restauró este material histórico.
Estructura circular
De acuerdo con ArchDaily México, la Basílica tiene una base circular libre de apoyos interiores. Esto permite que miles de personas puedan ver la imagen de la Virgen desde cualquier lugar del recinto.
Dos Papas han visitado la Basílica de Guadalupe
El Papa Juan Pablo II visitó la Basílica en cinco ocasiones. También el Papa Francisco tuvo un encuentro con la imagen durante su visita a la Basílica de Guadalupe, en 2016. Otros personajes que han visitado la Basílica: Joe Biden, John F. Kennedy, Charles de Gaulle, los reyes de España, Hillary Clinton, John McCain y Ken Salazar.
Capacidad para más de 50 mil personas
El interior de la Basílica puede alojar a 10 mil fieles y, sumando capillas y áreas abiertas, el número se amplía a más de 50 mil asistentes. Estimaciones de las autoridades calculan que este 2025, visiten el templo más de 13 millones de personas.
La Virgen de los Invidentes
Cerca de la puerta 2 de la Basílica de Guadalupe se encuentra la imagen conocida como La Virgen de los Invidentes, hecha de fibra de alta resistencia y con texto en Braille. Fue inaugurada en 2009 y bendecida por el Papa Benedicto XVI.
Un museo con más de 18 mil piezas
El Museo de la Basílica de Guadalupe resguarda más de 14 mil piezas de arte y 4 mil de arte religioso. Hay una colección de más de 2 mil exvotos elaborados en el siglo XIX y XX.
El reloj monumental del atrio
El reloj del atrio, de la Basílica de Guadalupe, mide más de 20 metros y posee cuatro formas de medir el tiempo: solar, astronómico, azteca y moderno. Sus 48 campanas pueden interpretar hasta 50 melodías. En su parte frontal se representa, con figuras mecánicas, la historia de las apariciones guadalupanas.
El órgano monumental de la Basílica de Guadalupe
Este instrumento lo construyó, en 1972, la compañía canadiense Casavant Frères, los fabricantes más antiguos en activo de órganos en América. Cuenta con 12 mil tubos, colocados en tres pisos, cuyas medidas van desde 5 cm hasta 10 metros. El órgano cuenta con más de 120 registros que le dan una calidad y rango tonal únicos.
Abogada de los temblores
El sitio Infovaticana señala que a la Virgen María, cuya imagen está en la basílica, se le empezó a conocer como “abogada de los temblores” debido a un gran sismo que ocurrió en la Ciudad de México en el siglo XVIII y por qué se pidió su ayuda. Este temblor fue tan intenso que se llegó a describir su duración como de “credo y medio”, por el tiempo que tomó recitar el Credo durante el movimiento sísmico.
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