Si eres una de las personas que les gusta invertir, es importante saber que decantarse por una opción u otra, poco o nada tendrá que ver con los números ni tampoco con vastos conocimientos financieros, la causa principal será el cerebro y estará relacionada con las neurofinanzas.
¿Qué son las neurofinanzas?
De acuerdo con Kerstin Preuschoff, profesora asociada de Neurofinanzas y Neuroeconomía de la Universidad de Ginebra, las neurofinanzas son “un área relativamente nueva que se esfuerza por comprender la toma de decisiones financieras agregando conocimientos de la psicología y la neurociencia a las teorías tradicionales de las finanzas”.
Pese a que durante más de 30 años, los expertos en finanzas conductuales han empleado con éxito los conocimientos de psicología, sociología e incluso de física para intentar dilucidar la forma en que decidimos, “los avances en la tecnología han permitido a los neurocientíficos mapear los procesos químicos y eléctricos que ocurren en nuestro cerebro cuando tomamos decisiones“.
Riesgo y recompensa dentro de las neurofinanzas
Joselyn Quintero, autora y conferencista especializada en armonía financiera y experta en neurofinanzas, señala que a la hora de inclinarse por una posibilidad u otra, intervienen varios sistemas, como el de aversión al riesgo o el de recompensa.
En el caso de sistema de aversión, estudios han descubierto que la pérdida no es simétrica respecto a la ganancia. Es decir, nuestro cerebro percibe las pérdidas con una intensidad 2.5 veces mayor que la recompensa.
“Al contrario de lo que podemos pensar, nuestra mente no advertirá de igual modo ganar mil monedas que perder idéntica cantidad porque el cerebro humano tiende siempre a sobredimensionar la pérdida”.
Joselyn Quintero, autora y conferencista especializada en armonía financiera y experta en neurofinanzas.
La especialista agrega que pese a que nuestro cerebro prioriza lo seguro, existen factores determinantes que pueden cambiar nuestra percepción y que pueden hacer que nos mantengamos como un inversor más conservador o, por el contrario, que evolucionemos hacia otro más arriesgado en busca de rentabilidad.
¿Cómo tomar mejores decisiones financieras?
El especialista Eshraghi cree que “las mejores decisiones financieras se toman a menudo utilizando un pensamiento lento, cuidadoso y analítico en lugar de un ‘sentimiento’ rápido e inductivo”.
Evidentemente las emociones no se pueden eliminar de la ecuación, pero parte de la clave está en ser conscientes de ellas.
El especialista afirma que hay un fenómeno que se da entre algunos inversionistas y es el que los psicólogos llaman “anclaje”: la tendencia a apegarnos a números aleatorios.
Otras personas se encariñan con marcas y compañías que les son familiares y, a la hora de invertir o comprar, “eso puede llevar a una falta de diversificación y eventualmente no es una estrategia financiera sólida”.