Michoacán requiere una respuesta seria basada en inteligencia y desarticulación criminal

| 01:49 | Redacción | UnoTV

El asesinato del alcalde Carlos Manso, en Michoacán, expuso la fragilidad de la estrategia federal de seguridad y rompió la narrativa oficial de “pacificación nacional”. La negativa de la presidenta de la República a recibir al alcalde, antes de su ejecución, refleja cómo la realidad de la violencia desborda el discurso gubernamental.

Alejandra Cullen explicó para Noticias en Claro, que Michoacán ha sido por años un punto clave del crimen organizado por su ubicación estratégica, su puerto en el Pacífico y su alta producción agrícola.

“Es una zona perfecta para el crimen organizado”, afirmó, recordando que el estado produce aguacates, limones y berries de exportación, sectores donde los grupos delictivos ejercen extorsión y amenazas.

La analista subrayó que el problema no es nuevo, pero que la respuesta del gobierno federal ha sido insuficiente. Recordó que durante el sexenio anterior se aplicó la política de “abrazos, no balazos”, y ahora, bajo la actual administración, se ha negado la magnitud del conflicto.

Critican falta de acción y aumento de la impunidad

Cullen cuestionó la falta de inteligencia y de acción de la Guardia Nacional, que debía proteger a Manzo, y lamentó que no se haya evitado su asesinato. También señaló que la nueva ley de extorsión, aprobada en el Congreso, protege a funcionarios coludidos con criminales, al reducir las penas en esos casos.

“La impunidad es la madre de todos los delitos”, afirmó, advirtiendo que mientras no se fortalezca el sistema judicial ni se actúe contra la corrupción, será imposible frenar el avance del crimen organizado.

Cullen concluyó que la situación en Michoacán requiere una respuesta seria basada en inteligencia y desarticulación criminal, no solo en programas sociales.

Sigue a Uno TV en Google Discover y consulta las noticias al momento.