EE. UU. tiene derecho a cancelar visas y congelar cuentas pero debe seguir el debido proceso
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, y su esposo Carlos Torres Torres se quedaron sin visa para ingresar a Estados Unidos. Aunque ella afirma que se trata de un tema privado y administrativo, analistas indican que la cancelación se vincula con una investigación en curso del gobierno estadounidense.
Este tipo de medidas se han vuelto más frecuentes en los últimos meses, y se interpretan como señales claras hacia políticos mexicanos con presuntas conexiones con grupos del crimen organizado. Según expertos, este tipo de sanciones también pueden tener implicaciones como el congelamiento de cuentas y restricciones para participar en empresas con capital extranjero.
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Visa cancelada a Marina del Pilar: posible señal de alerta desde EE. UU.
La cancelación de visas a funcionarios y familiares de figuras públicas ha generado preocupación en el panorama político. En el caso de Marina del Pilar, no se han dado detalles oficiales sobre la causa, pero analistas coinciden en que responde a un patrón de endurecimiento de políticas por parte del gobierno estadounidense ante posibles vínculos con actividades ilícitas.
El caso no es aislado: se mencionan situaciones similares con el gobernador Américo Villarreal, e incluso familiares del Chapo Guzmán que han sido detenidos. La analista María Amparo Casar explicó que esta estrategia responde a la desconfianza de EE. UU. en la interlocución bilateral con México, y que las acciones podrían intensificarse con la llegada del nuevo embajador Ronald Johnson, experto en temas de seguridad en la región.
Para María Amparo Casar, analista política, la cancelación de la visa a Marina del Pilar es un mensaje directo: “Estados Unidos va en serio”. En su opinión, las decisiones recientes del gobierno norteamericano, muestran que Washington ha optado por actuar de forma unilateral ante lo que considera una lucha insuficiente contra el crimen organizado en México.
Casar advirtió que estas sanciones no son casuales, sino parte de un patrón claro: “Estados Unidos ya le perdió la confianza a la interlocución bilateral”, afirmó. En ese contexto, la llegada del embajador Ronald Johnson, con experiencia en El Salvador y relaciones estrechas con figuras como Nayib Bukele, apunta a una política más dura, menos diplomática y más enfocada en obtener resultados concretos, aún si eso implica dejar de informar al gobierno mexicano sobre sus acciones.




