Cómo las abejas sin aguijón están salvando la selva amazónica

Brasil presenta durante la COP30 su potencial como líder global en la crianza de abejas sin aguijón, una práctica que impulsa la agricultura familiar amazónica, fortalece la biodiversidad y consolida la bioeconomía regional, especialmente en torno a la producción del asaí, fruto símbolo de la selva.

Meliponicultura: clave para la agricultura familiar amazónica

En el estado de Pará, donde se concentra el 90% de la producción de asaí (fruto morado símbolo de la Amazonia y una de las principales fuentes de renta para cientos de miles de familias rurales que viven en la selva), la meliponicultura —cría de abejas sin aguijón— se ha convertido en una herramienta esencial para elevar la productividad y mejorar la calidad de los frutos.

La iniciativa cuenta con el respaldo de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa). La cual abrirá su sede en Belém al público con la feria “AgriZone”, tras la cumbre de líderes de la COP30.

Polinizadoras que transforman los cultivos

Introducir abejas sin aguijón en las pequeñas propiedades rurales ribereñas significa multiplicar las plantas y aumentar los rendimientos del asaí.
“Las abejas sin aguijón hoy entran como un insumo en el cultivo del asaí, aumentando la productividad en torno al 30% en promedio, pero dependiendo de la distancia de las colmenas respecto a las palmeras, ya hemos registrado incrementos de hasta el 70%”, explicó Daniel Santiago Pereira, investigador de Embrapa Amazonia Oriental.

El especialista destacó que estas abejas cumplen un papel crucial en la polinización:

“La abeja busca néctar y polen, y al llevarlo de una planta a otra, realiza la fecundación. Las plantas no se mueven, necesitan un agente, y la abeja cumple ese papel; actúa como un cupido multiplicador”, señaló.

Abejas sin aguijón: seguras y sostenibles

La meliponicultura se diferencia de la apicultura tradicional no sólo por las especies, sino por su integración con los sistemas agroforestales amazónicos.
“Por ser abejas sin aguijón, pueden mantenerse dentro de las áreas de cultivo sin riesgo de accidentes, a diferencia de la apicultura, que necesita colocar las colmenas más distantes”, explicó Pereira.

Los resultados son evidentes: las abejas aceleran los ciclos de floración y fructificación, mejoran la uniformidad de los racimos y fortalecen la regeneración natural del bosque. Además de beneficiar a otros cultivos como berenjena, tomate, guayaba y naranja.
“Es un aliado directo de la economía del pequeño productor”, subrayó el investigador.

Una bioeconomía basada en la naturaleza

El auge de la meliponicultura refleja un cambio en las políticas de desarrollo rural amazónico, que buscan combinar productividad y conservación ambiental.
“La industria del asaí impulsa fuertemente la meliponicultura por el incremento productivo que propicia y porque ayuda a mantener la biodiversidad”, indicó Pereira.

El DATO:

Brasil es una potencia mundial en biodiversidad de abejas nativas sin aguijón: de las 500 especies identificadas en el mundo, 250 habitan en el país y 220 en la Amazonia.
Esa riqueza convierte a Brasil en un centro natural para el estudio y aprovechamiento sostenible de estos polinizadores tropicales.

Modelo de bioeconomía amazónica para la COP30

En la Amazonia brasileña, al mejorar la polinización, los agricultores familiares reducen su dependencia de insumos externos y aumentan su resiliencia ante el cambio climático.
Para los investigadores, esta práctica encarna la bioeconomía que Brasil busca promover en la COP30: una economía basada en la naturaleza, de bajo impacto ambiental y capaz de generar empleo y renta desde la biodiversidad.

“La meliponicultura es una actividad zootécnica que combina objetivos económicos con la conservación. Es una práctica que demuestra cómo la biodiversidad puede ser aprovechada de forma sostenible”, concluyó Pereira.