¿Árbol de Navidad natural o artificial? La UNAM da la respuesta

La elección del árbol de Navidad es una tradición llena de emoción, pero también implica decisiones ambientales importantes. De acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tanto los árboles naturales como los artificiales tienen ventajas y desventajas ecológicas, y la elección depende de cómo se utilicen y desechen.
Árbol natural: beneficios, impacto y recomendaciones
En México existen plantaciones dedicadas exclusivamente a producir árboles navideños, estos ejemplares, generalmente coníferas del género Pinus o abetos, se cultivan bajo esquemas certificados que obligan a sembrar lo que se tala, lo que evita la deforestación.
Según Daniel Piñero Dalmau, del Instituto de Ecología de la UNAM, estas plantas tienen funciones ecológicas importantes:
- Producen oxígeno
- Mantienen la humedad del entorno
- Funcionan como refugio para fauna
- Favorecen la recuperación del suelo
- Facilitan la filtración de agua
- Capturan carbono y contribuyen a mitigar el cambio climático
Durante su ciclo en plantación, entre cinco y diez años, cumplen un papel ambiental valioso.
Pero también tienen tres momentos críticos de impacto:
- Uso de fertilizantes
- Transporte
- Desecho posterior
En 2021 se vendieron 2 millones de árboles naturales en México, pero más de la mitad fueron importados desde EE.UU. y Canadá, lo que incrementa su huella de carbono. Por ello, la recomendación de la Comisión Nacional Forestal, (CONAFOR) es adquirir ejemplares nacionales certificados.
Una vez terminada su vida útil, la UNAM insiste en llevarlos a centros de acopio para triturarlos y convertirlos en composta. “Si optamos por un árbol natural, lo mejor es que al término de su vida útil sea usado como fertilizante”, señala Piñero.
También existe la alternativa menos conocida pero más sostenible: árboles en maceta, los cuales pueden acompañar a las familias durante hasta una década.
Árbol artificial: serviría… pero solo si lo usas por décadas
En apariencia, un árbol artificial luce como una opción práctica, pero ecológicamente solo es conveniente si se reutiliza al menos 20 años, advierte Carlos Antonio Rius Alonso, de la Facultad de Química de la UNAM.
¿Por qué tantos años?
Porque su fabricación implica:
- Metal recubierto con PVC (policloruro de vinilo)
- Un proceso industrial de “calandrado” para producir de 10 a 20 toneladas diarias de película plástica
- Corte, armado y ensamblaje que combinan metal y PVC
- Transporte marítimo desde Asia (el 80% viene de China)
El principal problema es su disposición final: reciclarlos es prácticamente imposible, ya que habría que separar manualmente las tiras de PVC del alambre. En tiraderos, el metal se oxida y contamina el suelo.
Por ello, si se compra un árbol artificial, lo ideal es conservarlo por dos décadas para equilibrar el impacto ambiental de su fabricación.
Entonces… ¿cuál es mejor? La UNAM responde
No existe una respuesta única, pero sí una recomendación clara basada en hábitos:
- Lo compras en plantaciones certificadas nacionales
- Al final lo llevas a un centro de acopio para composta
- Consideras una opción en maceta y lo cuidas
- Ya tienes uno y puedes seguir usándolo por muchos años
- Planeas conservarlo mínimo 20 años
- Lo desechas de acuerdo con los sistemas de separación de residuos
En ambos casos, la clave está en el uso responsable y el desecho adecuado.
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