¡Ollas de barro y hasta huesos! Recuento de hallazgos del INAH en Sinaloa

El INAH en Sinaloa muestra los hallazgos prehispánicos que ha detectado en casi un siglo de trabajos. Foto: @INAHmx

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Sinaloa, dio a conocer un recuento sobre los trabajos arqueológicos en el estado, esto a propósito de su 25 aniversario, donde destaca su primer evento en el año 1925, donde se encontraron hallazgos prehispánicos como vasos  y ollas con huesos humanos.

INAH Sinaloa

De acuerdo con un comunicado emitido por el INAH, el estado de Sinaloa aún preserva gran parte de su pasado bajo tierra; sin embargo, en las últimas décadas se ha avanzado en la caracterización de varios sitios prehispánicos e históricos, brindando así un panorama de su devenir, algo prácticamente desconocido hace un siglo cuando iniciaron los estudios arqueológicos en la región, sostuvo el arqueólogo Joel Santos Ramírez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El investigador inició un ciclo de videoconferencias organizado por el Centro INAH Sinaloa, con un recuento sobre los trabajos arqueológicos en el estado. Tales labores despuntaron, en el siglo XX, pues la interpretación de fuentes documentales y una publicación de 1894 sobre los petrograbados de Las labradas, del irlandés O. H. Howarth, constituían hasta entonces las únicas referencias a su pasado.

Un breve artículo de Alfonso Toro, en los Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, fechado en 1925, representa el primer testimonio de una excavación en territorio sinaloense. En él, quien fuera director de ese recinto, relata que con motivo de la construcción del Canal Rosales, en la costa de Culiacán, se dio con hallazgos prehispánicos como vasos y ollas de barro, las cuales tenían huesos humanos en su interior.

El arranque de las exploraciones formales en Sinaloa, a inicios de los años 30, se debe a misiones de instituciones estadounidenses. Los geógrafos Carl Sauer y Donald Brand, de la Universidad de California en Berkeley, emprendieron la primera prospección arqueológica en la entidad, con la finalidad de comprender las interacciones culturales entre el noroeste de México y suroeste de la Unión Americana.

Entre 1937 y 1939, Gordon Ekholm excavó el montículo funerario El Ombligo, en Guasave, donde se registraron cerca de 200 entierros, los cuales incluían inhumaciones extendidas, restos de enterramientos secundarios desarticulados y entierros secundarios en ollas de gran tamaño.

En opinión de Santos Ramírez, responsable de proyectos arqueológicos como Las Labradas, La Flor del Océano, Cerro La Máscara y las Misiones jesuitas, aún falta afinar la cronología prehispánica del estado. No obstante, la tecnología cerámica ha permitido establecer cuatro tradiciones regionales: Aztatlán, Huatabampo, Serrana/Río Sonora y Tacuchamona, siendo las dos primeras las más representadas, abarcando así un desarrollo de dos milenios, al menos del año 200 a.C. al 1532 d.C.

Con lapsos de escasa labor arqueológica entre los años 50 y 60, con la fundación en 1973 del Centro Regional del Noroeste, en Hermosillo, Sonora, comenzó una mayor presencia por parte del INAH, la cual se viene reafirmando desde hace 25 años con el establecimiento de su representación en Sinaloa:

“En Sinaloa no sólo se ha tratado de desarrollar una arqueología institucional, hacer una investigación seria con pocos recursos, sino también formar profesionistas y equipos interdisciplinarios. Ya sea en rescates o en proyectos de investigación de carácter regional, siempre hemos contado con la participación de estudiantes de arqueología y de otras disciplinas. Por ejemplo, en el sitio de Chametla llevamos a cabo importantes descubrimientos entre 2014 y 2016, donde inauguramos el uso de vuelos de dron fotogramétrico, lo cual nos reportó más datos de los que a simple vista se pueden encontrar.”

Joel Santos Ramírez, arqueólogo del INAH.

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