Cómo mantener tu casa caliente sin usar calefacción: el método gratuito que funciona

Con la llegada del frío, mantener la casa caliente sin recurrir a la calefacción puede parecer una tarea imposible, sin embargo, existe un “método gratuito”, sencillo y poco conocido, que combina varios gestos cotidianos capaces de conservar el calor interior sin encender radiadores ni estufas.
No se trata de un truco milagroso, pero sí de una estrategia eficaz que muchos hogares pasan por alto y que puede elevar la temperatura ambiente varios grados.
La clave está en aprovechar el calor que ya existe dentro de la vivienda y evitar que se escape, con un poco de sentido común, física básica y hábitos coordinados, es posible lograr un ambiente más confortable en las horas de mayor frío.
Aprovechar el calor que ya tienes: la base del método gratuito
La luz solar es la principal fuente de calor natural durante el invierno, por eso, abrir cortinas y persianas durante el día permite que el sol caliente suelos, paredes y muebles, los cuales liberan ese calor lentamente.
Pero cuando anochece es importante bajar persianas y cerrar cortinas gruesas para crear una barrera térmica que evite que la temperatura caiga rápidamente.
El aislamiento casero también juega un papel fundamental, pequeños trucos como colocar toallas o burletes en las rendijas de puertas y ventanas, usar alfombras en suelos fríos, o cubrir paredes y cristales con textiles densos ayudan a retener el calor sin gastar dinero. Incluso el clásico papel de burbujas en los cristales puede mejorar el aislamiento en ventanas antiguas.
Otro error frecuente es bloquear las zonas más cálidas de la vivienda con muebles, mover ligeramente una mesa o separar un sofá pegado a un ventanal puede mejorar la circulación del calor. También es recomendable cerrar habitaciones que no se usan para concentrar la temperatura en las áreas habitadas.
El calor generado en actividades cotidianas también suma. Cocinar calienta la cocina y parte del salón, y el calor residual del horno, una vez apagado, puede aprovecharse dejando la puerta entreabierta unos minutos, siempre con precaución. Incluso encender un par de velas aporta una ligera subida de temperatura en espacios pequeños y genera sensación de calidez.
Más trucos que funcionan sin encender la calefacción
Una forma sencilla de reforzar este método consiste en usar cortinas dobles: una ligera durante el día y otra gruesa para la noche, que actúe como escudo térmico. Al ventilar, lo ideal es hacerlo solo 10 minutos para renovar el aire sin enfriar la vivienda.
La humedad también influye en la sensación térmica: mantenerla en niveles moderados ayuda a sentir más calor sin necesidad de subir la temperatura real. Y en días especialmente fríos, colgar una manta tras la puerta de entrada o colocar un textil grueso en el pasillo puede funcionar como aislante improvisado.
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Si necesitas un refuerzo: alternativas a la calefacción tradicional
Si pese a todo el frío es intenso y se necesita apoyo extra, existen alternativas más eficientes que los radiadores convencionales, las estufas de pellets o leña generan un calor estable y potente, y son comunes en viviendas unifamiliares.
Los radiadores de aceite o braseros eléctricos permiten calentar habitaciones concretas sin activar toda la calefacción central, incluso cocinar con mayor frecuencia o utilizar ciertos electrodomésticos de manera estratégica puede aportar un extra de calor puntual.



