Dietas veganas y vegetarianas: ve cómo hacerlas para que funcionen

Durante los últimos años, muchas personas han estado inclinándose por practicar diversas formas de alimentación y dietas como las veganas y vegetarianas, pero, ¿qué son, en qué consisten y cómo hacerlas para que funciones correctamente? A continuación, en Uno TV te decimos detalles de estas, de acuerdo con información del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

María del Carmen Iñarritu Pérez, experta de la UNAM, explicó que una dieta vegetariana bien planificada es adecuada para todas las etapas del ciclo de vida, incluida la infancia y la adolescencia, y así lo avala la Academia Americana de Nutrición y Dietética. Además pueden ser adecuadas durante el embarazo, la lactancia y la primera infancia, siempre y cuando estén bien planeadas.

Agregó que los primeros años de vida son importantes para establecer hábitos adecuados, que establecerán las bases para ser individuos saludables, y parte fundamental es la alimentación.

  • Ojo: Los padres deben evitar dietas restrictivas que pongan en riesgo la salud de sus familias.

Pero ¿Qué es una dieta vegana?

Las dietas veganas son una buena opción si se implementan de manera correcta. Foto: Getty Images

La dieta vegana es aquella que excluye cualquier alimento o bebida de origen animal (incluida la miel), optando por los de origen vegetal, como:

  • Frutas
  • Verduras
  • Leguminosas
  • Cereales
  • Tubérculos
  • Nueces y semillas
  • Productos de soya, aceites y grasas vegetales

Pero mal planificada puede tener consecuencias negativas en la salud y el crecimiento, como cualquier otro tipo de alimentación desequilibrada.

Los fundamentos del veganismo incluyen argumentos éticos, de salud, humanitarios y ambientales. “Conocer las razones de la persona para llevar una dieta de ese tipo, u otra en particular, es de ayuda para desarrollar una estrategia apropiada”.

Dieta vegana balanceada

De acuerdo con la académica, una dieta vegana puede ser nutricionalmente adecuada si cubre los requerimientos calóricos (energéticos) a partir de una variedad de alimentos densos en nutrimentos (densidad nutrimental), preferentemente sin procesar y provenientes de todos los grupos de alimentos de origen vegetal; la única excepción es limitar el consumo de fibra durante el embarazo, la infancia y los primeros años de vida.

A veces puede llevar al consumo deficiente de nutrimentos considerados críticos, como hierro, zinc, calcio, ácidos grasos, omega 3, vitamina D y vitamina B12. Para evitarlo, la universitaria recomendó, en el caso de los ácidos grasos omega 3, la ingesta de chía, nueces, semillas, aceite de linaza y ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva), evitando las grasas trans (margarinas) y los aceites tropicales (de coco y palma).

“Para una mejor absorción de hierro y zinc, se deben consumir leguminosas, vegetales de hoja verde, nueces y semillas, acompañados de alimentos ricos en vitamina C. Otra estrategia para eliminar el ácido fítico y oxálico, que evita la eficiente absorción de estos nutrimentos, es el remojo y cocción adecuada de leguminosas”

Agregó.

¿Qué incluye una dieta sana?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta sana debe incluir frutas, verduras, leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas, habas), frutos secos (nueces y semillas), cereales integrales (maíz, trigo, avena, arroz, amaranto) y tubérculos (papas, camote).

Al menos 400 gramos (cinco porciones) de frutas y verduras al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos. Consumo moderado de azúcares, grasas saturadas y trans, y sal yodada.

“Si se opta por una alimentación vegetariana se debe acudir con un especialista en nutrición que proporcione una dieta adecuada y que cubra los requerimientos de nuestro organismo para evitar descompensaciones y daños a la salud”, concluyó la especialista.

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