La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, alertó este lunes del “alto nivel de violencia política” durante el reciente proceso electoral realizado en México y mostró su “grave preocupación” por la represión contra manifestantes en Colombia.
De igual forma, durante su visita a México, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, pidió el cese de la violencia y división social en el país, para poder establecer una verdadera cultura de la fraternidad y solidaridad.
Ante esas declaraciones, nuestro analista político opina que la violencia no solamente se debe considerar en donde ocurra derrame de sangre, se secuestren políticos o activistas, refiere que la violencia impera también en espacios donde domina la intimidación, el miedo y es ahí donde la violencia no deja huella visible.
En muchos de los casos la violencia se impone sin tener que disparar un tiro, simplemente porque se manifiesta con una capacidad de dañar a los involucrados en el proceso político.
Jesús Silva-Herzog Márquez, analista político
La violencia acusa, limita las opciones de los partidos, limita la libertad de los electores, y muchas veces eso sucede sin que haya necesidad de aplicar esa fuerza extrema.
Yo creo que en ambos casos lo que vemos son procesos políticos, procesos electorales que están bajo la acechanza de la barbarie, de la violencia que se ha impuesto desde hace ya demasiados años en nuestro país.
Jesús Silva-Herzog Márquez, analista político