Víctima de agresiones en marcha de la Gen Z revive lo ocurrido de cara a una nueva movilización

El cruce de la Avenida 20 de noviembre y la calle Venustiano Carranza del Centro Histórico hoy luce con transeúntes, miles de personas que caminan por sus calles o vienen de compras, sin embargo, el pasado 15 de noviembre la historia era muy distinta, el día de la marcha de la Generación Z”. 

Con 21 años, Zanoni estudia el tercer semestre de la carrera de comunicación. Ese día, el 15 de noviembre de 2025, un trabajo escolar lo condujo a un evento sin precedentes que cambiaría muchas historias.

De las redes sociales a las calles

La manifestación de la Generación Z comenzó mucho antes, empezó en los chats nocturnos, en los hilos interminables de redes sociales, en ese cansancio silencioso que se acumula cuando se vive entre promesas incumplidas. 

El descontento salió de las pantallas para convertirse en jóvenes con pancartas hechas a mano, teléfonos en alto y una convicción que no necesitaba grandes discursos para sentirse.

La Generación Z no nació para esperar turno. Creció viendo cómo el mundo se movía a la velocidad de un scroll, pero también, creció viendo cómo muchas de las decisiones importantes se tomaban sin ellos. 

Joven relata agresiones  durante marcha de la Generación Z

Ya en la plancha del Zócalo, Zanoni empuñó su cámara, su gran aliada. 

“Yo empecé a moverme por toda la explanada e iba grabando lo que había en las vallas metálicas, gente desaparecida, veía los graffitis en el piso con mensajes de inconformidad hacia el Gobierno”. 

Otras generaciones se unieron y arroparon su causa. Sin embargo, la movilización de un momento a otro, dejó de ser pacífica. 

“Se escucharon las detonaciones fuertes y yo rápido saqué la cámara y empecé a grabar, había gente que empezó a golpear las vallas metálicas. Todo se puso más feo cuando empezaron a rociar gas lacrimógeno; yo estaba en la esquina frente Palacio Nacional, al lado de la Suprema Corte y vi cómo la gente corría rápido para poder librarse del gas”. 

La respuesta de los elementos de seguridad llevó a muchos a buscar una salida.

“Los policías dejaron de proteger Palacio Nacional, estaban avanzando hacia donde estábamos nosotros pero con una actitud bastante provocadora, enérgica como si quisieran buscar pelea. De la nada, todos empiezan a correr porque los policías emprendieron su corrida. Llegamos a la calle que es Venustiano Carranza, nos persiguieron”. 

“Me acuerdo que en la calle vimos cómo se llevaban a un chavo y él gritando: ¡déjenme!, ¡déjenme!; los policías se lo llevaron, quién sabe qué le hicieron, espero que esté bien”. 

Así fue la agresión contra Zanoni por parte de policías

La agresión contra Zanoni comenzó cuando este sacó su cámara para grabar a una policía que pateó a una chica. 

“Veo como una policía le suelta una patada a una chica que iba caminando, en las piernas, y la chica empieza a decir graben, graben. Saqué mi celular y me acerqué y ahí fue cuando empezaron las agresiones,  la policía me empezó a empujar y tuvimos que retroceder. Aquí fue donde los policías me interceptaron, me lastimaron aparte de que me robaron mi material, mi cámara, mi mochila, etc”. 

Su acto de empatía se tradujo en provocación, y en un par de segundos ya era él quien pedía ayuda. 

“Lo primero que me llegó a la mente fue: busca una salida. Trataba de irme de un lado y no podía porque me tenían rodeado y era una desesperación de no manches, no puedo salir de aquí. Y aparte también tenían sus escudos y yo tratando de buscar una salida”. 

“Yo recibí golpes en la espalda, la cabeza, tenía una sudadera y me enredé en ella, se me tapó la visión y no podía ver, nada más podía sentir los golpes. Me traté de agachar y hubo un punto donde fueron muchos los golpes. No sé con qué me pegaron pero hubo un punto donde me dije: de aquí no vas a poder salir”, comentó el joven estudiante.

Recuerda con angustia que sus agresores le arrebataron todas sus pertenencias. 

“Y yo le digo al policía, ¿Oye, qué te pasa?. Después me dirijo a todos y les digo yo no estoy cometiendo ningún delito, no estoy haciendo ninguna agresión, yo solamente estoy reportando y ya (…) Todo mi material por lo que fui ya no está, no existe”. 

Una costilla rota y múltiples contusiones fue el saldo físico, sin embargo, su cuerpo no fue lo más mermado. “Siento como si me hubieran humillado, me golpearon, me robaron todo”. 

“Hubo gente que realmente le fue peor, hubo gente que se la llevaron porque eso es lo que yo vi y varios lo vimos todavía en la manifestación, me acuerdo que la gente les gritaba: cómo si atacan a los ciudadanos, al pueblo, pero a los problemas que hay en la sociedad, como el crimen organizado o toda la inseguridad, parece que no le dan importancia”. 

“No son bots, son personas reales”

La versión oficial minimizó lo ocurrido. Quienes lo vivieron de a pie no están de acuerdo. 

“No quiero comparar ni minimizar ni nada, pero en el movimiento del 68 hubo violencia, ahí obviamente fue más serio porque hubo gente que perdió la vida, aquí no hubo muertos, pero hubo unas agresiones físicas, hubo represión”.

Aunque se ha tachado a la Generación Z como un movimiento orquestado por políticos políticos, Zanoni menciona que en la marcha hubo muchos jóvenes y no se trata de un movimiento compuesto por bots de redes sociales.

“La marcha si era de los jóvenes, había varios colectivos de universidades. Yo llegué a la explanada y casi toda la gente que estaba ahí , y que no estaba agrediendo, era joven, les calculo que unos 21, 24 o 25 años como máximo. No son bots, son personas reales las que se están manifestando, yo puedo irles a preguntar”.  

El 14 de diciembre está marcado en el calendario como el día en que la Gen Z volverá a las calles. “Ahí voy a estar, me siento más motivado que nunca porque no me gustan las injusticias, es algo que no tolero y yo creo que nadie tolera”. 

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