COVID-19 genera histórica recesión en Estados Unidos y PIB cae 32.9%

Pese a que el COVID-19 generó recesión en Estados Unidos, las graves cifras son más alentadoras de lo que expertos estimaron. Foto: Reuters.

Estados Unidos registró recesión en el segundo trimestre por efectos de la pandemia del coronavirus (COVID-19) en el consumo y en empresas, con bajas expectativas: el Departamento de Comercio dijo que en el segundo trimestre la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 32.9%, lo que marca el peor desempeño de la historia, desde que comenzaron los registros en 1947.

Estas cifras son más alentadoras, no obstante, que las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que coincidían en anticipar que la recesión alcanzaría 35%. El Departamento de Comercio indicó que “la caída del PIB refleja la respuesta al COVID-19, que implicó medidas de confinamiento entre marzo y abril, que fueron parcialmente compensadas por la reapertura de una parte de la actividad en algunas regiones”.

  • Con estos resultados, Estados Unidos registra su segundo trimestre consecutivo con una contracción del PIB, lo que marca que el país entró en recesión.

La contracción se debe en gran medida a la caída del gasto en consumo, que es el principal motor del PIB. Los gastos en servicio de Estados Unidos, un sector que sufrió de lleno el golpe de la crisis, bajó 43.5%. En tanto, las inversiones privadas cayeron un 49%. El Departamento de Trabajo publicó datos preocupantes de la economía, reportando que siguen los despidos.

Empleo no pinta bien

Las cifras de la semana finalizada el 25 de julio mostraron que los desempleados sumaron 1.43 millones, un incremento de 12 mil con respecto a los números revisados de la semana anterior. Los datos muestran ya un mercado laboral en modo de “estancamiento” en Estados Unidos a causa del COVID-19, destacó en Twitter, Jared Bernstein, un experto del Center on Budget and Policy Priorities.

Estados Unidos registra un aumento de solicitudes de ayuda por desempleo desde que los negocios comenzaron a cerrar a mediados de marzo por la cuarentena del COVID-19 para intentar frenar la expansión del virus para el cual aún no hay cura. Ese mes, este indicador marcó un máximo histórico y luego comenzó a mejorar, antes de volver a subir paulatinamente a principios de julio.

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