Corales y arrecifes mexicanos en peligro, los amenaza el síndrome blanco; ve qué es

Alrededor del 90% de las poblaciones de corales y arrecifes mexicanos están siendo amenazadas por el síndrome blanco. Foto: Getty Images | Archivo

Corales y arrecifes mexicanos en peligro, debido a la amenaza del síndrome blanco, una enfermedad producida por diversos patógenos y que ha provocado la perdida de más del 90% de las poblaciones que se encuentran en el Caribe.

En México existen alrededor de 40 especies de coral; sin embargo, más de la mitad están siendo afectadas por el síndrome blanco, una enfermedad producida por diversos patógenos que no se han identificado plenamente y que han causado la pérdida de más del 90% de las poblaciones en algunas clases, como el de pilar o laberinto, advierten especialistas de la UNAM.

Lorenzo Álvarez Filip, académico del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, explicó que es tan devastadora esta enfermedad que podría acabar con corales y sistemas de arrecifes, lo que impactaría severamente a familias marinas asociadas y a servicios ambientales clave que brindan una barrera natural contra huracanes y la energía del oleaje.

El investigador de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales explicó que este procedimiento “vino a cambiar la integridad ecológica y física del Caribe mexicano”.

¿A qué se le conoce como síndrome blanco?

El síndrome blanco provoca la muerte del tejido vivo de las colonias de corales  y deja expuesto los esqueletos, lo que provoca un efecto de manchas blancas que rápidamente avanzan por toda la colonia, hasta matarla por completo en unas pocas semanas.

Se ha visto que la enfermedad puede moverse de un coral a otro mediante el agua, lo que la hace muy contagiosa y letal, explicó el académico.

De acuerdo con una investigación del universitario y su equipo, hay factores que empeoran la calidad del agua marina, como el aporte de contaminantes y el incremento en la temperatura, lo que expone a los corales a más estrés y aumenta sus probabilidades de enfermar.

Los primeros registros de esta enfermedad datan de 2014

Los primeros registros de esta enfermedad son en Florida, Estados Unidos (2014), donde muchas colonias de distintas especies de corales murieron rápidamente y en cinco años se extendió a lo largo de sus costas.

Para 2018, en México comenzó a notarse este fenómeno en Puerto Morelos, en Yucatán.

Se cree que los barcos de carga y cruceros turísticos pudieron ser un posible medio de propagación entre países, pues llenan sus cisternas en un puerto y cuando arriban a otro sueltan el agua, liberando el patógeno. También se sospecha que los turistas pudieron transportar la infección en su equipo de buceo, resaltó Álvarez Filip.

Monitoreo y recuperación

Los expertos de la UNAM descubrieron en 2018, en Puerto Morelos, que el 50 por ciento de las especies de corales estaban dañadas y después de unas semanas muchas colonias habían muerto; el síndrome blanco siguió creciendo y al cabo de pocos meses avanzó a lo largo del mar Caribe, hasta llegar a la frontera con Belice, a finales de 2019.

El síndrome blanco ya está en casi todo el Caribe

El síndrome blanco ya está en casi todo el Caribe, y lo más probable es que continúe su propagación por toda la región, hasta llegar al Atlántico Occidental (África del oeste).

Corales y arrecifes debilitados

Álvarez Filip reconoció que cuando llegó esta enfermedad, los corales ya estaban en condiciones adversas debido a presiones como el cambio climático, la contaminación marina y el escaso tratamiento de aguas residuales, factores de estrés que los debilitan continuamente.

“La conservación de los arrecifes mexicanos es responsabilidad de la academia; de los gobiernos, en cuanto al buen manejo de los recursos naturales; y de la sociedad, a través del cuidado del medio ambiente”.

Lorenzo Álvarez Filip, académico del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.

¿Qué sigue en las investigaciones?

Los expertos de la UNAM analizarán cómo alterará al ecosistema la pérdida de los corales y la repercusión en los servicios ecosistémicos que brindan.

También se ocuparán de divulgar esta “tragedia ambiental” para influir en las políticas públicas y lograr acciones en favor de la biodiversidad mexicana.

En sitios impactados, llevan a cabo labores de recuperación y monitoreo continuo para incentivar la reproducción natural de las poblaciones de corales; rescatan especies para su preservación en acuarios, y a futuro reintroducirlas a sus hábitats.

Con información de UNAM Global

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