10 verduras contra el cáncer: estudio revela cuáles podrían evitar que vuelva a aparecer en quienes tuvieron la enfermedad

| 16:02 | José Antonio Romero Santiago | Roswell Park
10 verduras contra el cáncer: estudio revela cuáles podrían evitar que vuelva a aparecer en quienes tuvieron la enfermedad
Verduras contra el cáncer. Foto: Getty

Un estudio, del centro oncológico Roswell Park, reveló que hay al menos 10 verduras contra el cáncer que podrían ayudar a que dicha enfermedad no vuelva a aparecer en personas que superaron el padecimiento.

La investigación aportó una nueva evidencia sobre el papel de la alimentación en la prevención del cáncer y reforzó la importancia de hábitos saludables tras un diagnóstico oncológico.

¿Qué verduras ayudan contra el cáncer?

La rúcula, la acelga, el bok choy, el brócoli, la coliflor, la berza, las hojas de mostaza, las coles de Bruselas, el repollo y la col rizada, son las verduras contra el cáncer que podrían funcionar.

El equipo de la doctora Li Tang analizó 21 tipos de verduras crucíferas y encontró una variación significativa (de hasta 300 veces) en los niveles de isotiocianatos, dependiendo del tipo de vegetal, las condiciones de cultivo, cosecha y almacenamiento.

En términos generales:

  • La rúcula mostró concentraciones ligeramente más altas.
  • El brócoli y la coliflor se ubicaron en un nivel intermedio.
  • Aun así, todas las verduras crucíferas aportan beneficios, incluso con variaciones naturales.

¿Cómo comer las verduras crucíferas para conservar sus beneficios?

El centro oncológico Roswell Park mencionó que el método de cocción influye en la cantidad de isotiocianatos disponibles:

  • Saltear, cocinar al vapor o en microondas por poco tiempo puede aumentar los niveles.
  • Hervir, guisar o deshidratar reduce significativamente el contenido de estos compuestos.

¿Qué son los isotiocianatos y por qué son importantes?

Los isotiocianatos son compuestos bioactivos que se liberan cuando se consumen verduras crucíferas. Según la doctora Li Tang, profesora de Oncología en Roswell Park, estos compuestos estimulan la producción de enzimas desintoxicantes, capaces de neutralizar sustancias cancerígenas y facilitar su eliminación del organismo.

Además, los ITC pueden inhibir la división de células cancerosas y activar un proceso conocido como apoptosis, mediante el cual las células dañadas se autodestruyen.

Estas propiedades convierten a los isotiocianatos en un foco de interés para la prevención del cáncer, no solo de vejiga, sino potencialmente de mama, próstata, colon y piel, aunque en estos casos aún se requieren más estudios.

Verduras crucíferas y prevención del cáncer, ¿qué dice la ciencia?

La investigación de verduras contra el cáncer formó parte de la serie Innovation Engine, que destacó avances científicos alineados con el Plan Nacional contra el Cáncer, particularmente con el objetivo de prevenir la enfermedad antes de que progrese o reaparezca.

En este contexto, los científicos de Roswell Park identificaron a los isotiocianatos (ITC) como compuestos clave en la reducción del riesgo de recurrencia del cáncer de vejiga en etapas tempranas.

¿Por qué el cáncer de vejiga responde mejor a estos compuestos?

El cáncer de vejiga en etapa temprana, también conocido como cáncer de vejiga no invasivo de músculo (NMIBC), presenta una característica clave, los tumores se desarrollan en la superficie del revestimiento de la vejiga. Esto permite que los isotiocianatos, una vez metabolizados y excretados en la orina, entren en contacto directo con las células cancerosas.

La doctora Tang mencionó que, si una persona consume verduras crucíferas por la noche, la orina rica en isotiocianatos permanece más tiempo en la vejiga mientras duerme, lo que podría potenciar su efecto protector.

¿Verduras enteras o suplementos?

Aunque existen cápsulas con extractos de isotiocianatos, la doctora Tang recomendó consumir las verduras enteras. Además de ser más accesibles, contienen otros fitoquímicos, fibra y nutrientes esenciales que contribuyen a la salud general.

Estudio Be-Well: evidencia clínica en pacientes reales

Para evaluar el impacto real del consumo de verduras crucíferas, Roswell Park colaboró con Kaiser Permanente Northern California en el Estudio Be-Well, financiado por el Instituto Nacional del Cáncer.

El análisis incluyó a mil 472 pacientes diagnosticados con cáncer de vejiga en etapa temprana entre 2015 y 2019. A los participantes se les preguntó con qué frecuencia consumían verduras crucíferas y se analizaron muestras de orina para medir los niveles de isotiocianatos. Posteriormente, se dio seguimiento a su evolución médica durante un promedio de 24 meses.

Los resultados fueron contundentes, ya que un consumo elevado de verduras crucíferas se asoció con una recurrencia más tardía, menor riesgo de repetición de la enfermedad y menor probabilidad de progresión.

Evitar tratamientos más agresivos y mejorar la calidad de vida

La prevención de la progresión del NMIBC es crucial. Cuando el cáncer invade el músculo, los tratamientos se vuelven mucho más agresivos y suelen incluir la extirpación de la vejiga, lo que impacta severamente la calidad de vida del paciente.

Por ello, retrasar la recurrencia y reducir la progresión mediante estrategias dietéticas accesibles representa una alternativa prometedora para los sobrevivientes de cáncer de vejiga.

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